martes, 9 de diciembre de 2014

APIVITA: ACONDICIONADOR SIN ACLARADO

No creo que haga falta presentar esta casa (¿hay alguien que no la conozca??); Apivita es líder en cosmética natural. Es una marca que nos llega desde Grecia con un muestrario de productos muy amplio: jabones, geles de baño, champús, cremas faciales, contorno de ojos, bálsamos labiales, leches corporales, etc. Sus fórmulas en general son bastante limpias, libres de siliconas, parabenos, aceites minerales, alcohol... Sin embargo, después llegan y les ponen sulfatos a sus champús :(. Que yo sepa, sólo la variedad de camomila y miel no los contiene. 

Los productos de Apivita gozan de un alto porcentaje de ingredientes naturales, por encima del 90%, lo cual está muy bien. Pero, la que sea maniática de la cosmética bio pura, deberá prestar mucha atención a la composición (especialmente con marcas como ésta, que afirman ser completamente naturales) para no llevarse sorpresas indeseadas.

Bueno, ya me he enrollado bastante ¡y eso que no quería hacerlo! Vamos a echarle un vistazo a este producto de su gama capilar "Propoline".


Lo que nos encontramos así, al echar un primer vistazo a la etiqueta, es un acondicionador para todo tipo de cabello que aporta hidratación y cuida del color, que no necesita aclarado y cuyos principales ingredientes son el aceite de oliva y la miel.

El envase es de plástico color caramelo, y cuenta con un dosificador muy cómodo e higiénico.

El modo de empleo es muy sencillo: agitamos bien el bote y, tras poner una pequeña cantidad en las palmas de las manos, extendemos el producto uniformemente por todo el cabello húmedo evitando las raíces. Tiene una textura muy acuosa sin llegar a ser líquida.

Veamos ahora qué promete el fabricante:

* Hidrata el cabello facilitando el peinado.
* Protege el color del cabello y proporciona luminosidad.
* Protege contra los efectos dañinos del medio ambiente
 y de los productos para dar estilo al cabello.
* Ideal para todo tipo de cabellos, puede aplicarse rápida y fácilmente
 en el cabello seco o maltratado.

Aunque la marca proclama que este acondicionador contiene un 93% de ingredientes naturales, lo cierto es que al darle la vuelta al envase y observar la composición, una se lleva un pequeño chasco; aunque el aceite de oliva y la miel están bastante arriba en la lista, ambos distan mucho de ser los primeros ingredientes.


Mi experiencia con él:

Efectivamente, es muy fácil de aplicar. Se extiende muy bien y resulta muy agradable, ya que tiene un olor dulzón pero sutil que se queda varias horas en el cabello.

En cuanto a los resultados que promete... bueno, veamos.

No sé si realmente protege de los efectos dañinos del medio ambiente; esto es complicado comprobarlo, máxime viviendo en una gran ciudad. Tampoco puedo deciros que facilite el peinado, ya que mi cabello no suele enredarse nunca. Y en cuanto al factor hidratación, me imagino que dependerá muy mucho de cómo sea cada melena. Yo tengo el cabello muy seco, incluso las raíces, y en mi caso este producto se me queda bastante corto de hidratación. Ni en broma podría conformarme con usar este acondicionador de forma habitual si quiero tener una melena presentable. Con esto no quiero decir que este producto de Apivita sea un mal producto; posiblemente les vaya bastante bien a las personas con el pelo menos seco y castigado. Pero si eres de las que necesitan hidratación profunda, éste no es tu acondicionador. Yo lo uso en momentos concretos, normalmente cuando voy con prisa y, bueno, debo decir que me deja el pelo suave y manejable. Para usarlo de vez en cuando no está nada mal.

Eso sí, en esos seis meses que llevo aplicándome este acondicionador (repito, de vez en cuando), he notado una diferencia ABISMAL dependiendo de la estación del año. En verano, con clima seco, me dejaba la primera capa del cabello sin electricidad. Yo tengo el pelo muy pero que muy fosco, pero después de aplicar este producto, se quedaba completamente controlado. Me daba mucho volumen y forma a la melena. Sin embargo, con la llegada del frío y las lluvias, mi cabello ha vuelto a su estado electrificado natural y el producto de Apivita no ha podido hacer absolutamente nada por evitarlo :(. Así que mucho me temo que, aunque posiblemente seguiré usándolo porque al final es muy práctico tener a mano un acondicionador así, es más que probable que lo relegaré exclusivamente al uso en verano.


Sí que hay que mencionar que el cabello se queda muy suelto tras aplicar el producto; no apelmaza en absoluto. En caso de quedarse un poco apelmazado al rato de haberlo extendido, lo único que hay que hacer es pasar un peine suavemente. Lo he probado también con el pelo seco y puedo jurar que no se apelmaza; aunque como prefiero usarlo es con el pelo húmedo.

Resumiendo:
- Si tienes el cabello muy castigado, este acondicionador se te quedará un poco corto de hidratación.
- En mi opinión es un producto "de batalla" muy útil para utilizarlo de vez en cuando, sobre todo cuando se va con prisa. 
- En verano controla mucho mejor la electricidad del cabello (de hecho, la controla impecablemente) que en invierno.
- No me parece un acondicionador para tirar cohetes, pero sin duda se ha ganado su sitio en mi baño por lo cómodo que resulta tenerlo a mano.

El precio oscila alrededor de los 13 euros. Y la verdad es que se necesita poca cantidad, así que el producto cunde bastante.

No está mal, como digo, animarse a probarlo. ¡¡Lanzáos y contadme qué tal os va con él!!





lunes, 6 de octubre de 2014

COMPARATIVA: 
JABONES PARA LA DUCHA.
Lush, Nesti Dante, Apivita y Sabta. 


Esta foto no es mía; la he tomado prestada de internet, así que no corresponde a los
jabones de los que voy a hablaros. Las fotos de cada uno por separado que veréis según vayáis leyendo esta entrada,
 sí son las de verdad. No podía hacer una foto de grupo de los jabones que he gastado (con otros productos es fácil:
haces una fotografía de los envases vacíos y listo).


Hace tiempo empecé a tener algunos problemas de piel, tanto en el cuerpo como en la cara: en algunas zonas se me irritaba, me picaba y finalmente tuve un brote de dermatitis que me duró varios meses y que todavía vuelve a aparecer de vez en cuando (aunque ya nunca con tanta virulencia). Dicen que los episodios de dermatitis tienen mucho que ver con periodos de estrés, y no lo dudo; pero, aparte de intentar controlar el estrés, un buen día decidí ayudar a mi piel de alguna forma, utilizando en mi aseo personal productos que la resecasen lo menos posible.

Leyendo mucho en la red, finalmente me incliné por la opción de desterrar los sulfatos de mi gel de baño. Los sulfatos son un grupo de detergentes (o sufractantes) responsables de que los geles, champús y pasta de dientes que utilizamos produzcan mucha espuma. Los más comunes son el Sodium Lauryl Sulfate (SLS) y el Sodium Laureth Sulfate (SLES). Tienen un gran poder de limpieza, siendo capaces de penetrar en superficies muy sucias, pero también algunos de ellos son altamente irritantes y pueden terminar dañando barreras naturales de la piel que cumplen una función protectora. De hecho, estos sulfatos aparecen no sólo en los productos para la higiene diaria, sino en casi todos los detergentes industriales. Es cierto que, dentro de las formulaciones de los productos de aseo para uso humano, se incluyen otros componentes que rebajan la acción corrosiva de los sulfatos, y supongo que en algunos casos llegan a neutralizarla. Digo que lo supongo porque quiero creer que los fabricantes y los responsables de los controles de calidad piensan un poquito en la salud dérmica de la población. Pero, además de investigar y leer estudios al respecto, creo que una misma debe observar en su propia piel (y nunca mejor dicho) los resultados de los productos que utiliza. Es de sentido común pensar que, si los sulfatos fuesen realmente dañinos, los retirarían. No obstante, lo único que yo puedo afirmar categóricamente (basándome sólo en mi experiencia personal) es que, desde que evito los sulfatos, los episodios de dermatitis y de irritación cutánea han remitido hasta convertirse en algo anecdótico, después de haber estado sufriéndolos constantemente durante casi un año. ¿Casualidad? Pues a lo mejor. Pero, yéndome tan bien sin sulfatos en mi vida, y existiendo como existen otras opciones más sencillas y naturales, prefiero decantarme por estas últimas. Como siempre digo, es una elección personal sin ánimo de convencer a nadie de que esto, y sólo esto es lo mejor.

La cuestión es que empecé a buscar en el mercado geles de baño que estuviesen libres de estos componentes... y la búsqueda se convirtió en una auténtica pesadilla. ¡¡Hay sulfatos en todo!! Haced la prueba. Coged cualquier gel de baño, champú o pasta dentífrica, dadle la vuelta y mirad la lista de ingredientes. En el 99,9% de los productos que están a nuestro alcance en cualquier supermercado o perfumería encontraréis sulfatos. Comenté esto con una amiga, ya estando un poco desesperada (porque cuando algo se me mete en la mollera, ahí se queda y no sale), y ella me dio la solución: sustituir el gel de ducha por pastillas de jabón natural, como han hecho nuestros antepasados toda la vida. Así que empecé a hacerlo, y tras muchos meses usando jabón, puedo decir que mi piel ha experimentado un cambio a mejor muy, pero que muy notable. Está más flexible, más jugosa e hidratada, mejor preparada para recibir la leche corporal que aplico después de ducharme y, sobre todo, más fuerte. ¿En qué detecto que la piel está "más fuerte"? En que parece mucho menos propensa a verse afectada por las agresiones externas; de hecho, ya no se me irrita ni se me reseca como antes. Utilizo jabón para el cuerpo y para la cara; como puntualización importante, me parece bueno aclarar que, para la higiene íntima, uso otro jabón distinto, específico para cuidar esta zona.

Bien. Dicho todo esto, enhorabuena y gracias a la que haya sido capaz de leer hasta aquí. Mi intención era hacer una introducción corta, pero a la vista está que no lo he conseguido. En fin, vamos sin más dilación con el tema central de esta entrada: la comparativa entre varios jabones para la ducha que he ido probando.


Turkish Delight, de LUSH.



A pesar de lo carísimo que es (o a mí al menos me lo parece) decidí comprar este jabón en crema animada por algunas opiniones muy positivas que había leído. Viene en el clásico envase de Lush, un bote negro de plástico con tapa de rosca. Esta empresa tiene una buena política de reciclaje: si juntas un número determinado de envases (creo que son cinco) y los vuelves a llevar a la tienda cuando ya están vacíos, te regalan un producto de ese tamaño que tú elijas.

Este jabón tiene una capacidad de 200 gramos, un color rosado pálido y un precio de 21,95 euros. En efecto, es muy cremoso, y tras usarlo la piel se queda perfectamente hidratada. ¿Como para no aplicarse body milk después? Mmm... yo no diría tanto. Al menos en mi caso. Otra persona con la piel menos seca, es posible que tenga suficiente con este jabón. Deja la piel muy suave; este es un gran punto a su favor. Desgraciadamente y en mi opinión, el único.

¿Qué es lo que a mí no me convence de este jabón en crema? Varias cosas. En primer lugar, al ser tan sumamente cremoso, no hace nada de espuma. Pero nada, nada. Es como estar usando una leche corporal para ducharse. Al tener esta textura, se necesita bastante cantidad para enjabonarse el cuerpo entero. Y esto da un poco de dolor, porque con la pasta que cuesta, lo ves bajar a toda velocidad.

Al estar duchándome con una crema, particularmente no tengo esa sensación de limpieza completa que todos buscamos en una buena ducha. Ojo, no digo que este jabón no limpie bien; si hubiese detectado tal cosa, no habría terminado el bote. Lo que digo es que la sensación de limpieza no es total. En mi caso, echo mucho en falta la espuma. He estado utilizando el Turkish Delight en días "normales"; pero cuando venía de hacer deporte, toda sudorosa, no me apetecía ducharme con él. Repito: esto es una sensación personal, no digo que el jabón no limpie como es debido.

Por último, el olor que tiene no me gusta en absoluto. En el envase te cuentan que el jabón huele a rosas y... sí. A rosas huele, pero... no sé. No es un olor a rosas frescas, es el olor a rosas que te encuentras en un ambientador. Bastante artificial y bastante cargante. Afortunadamente, no perdura en la piel.

¿Volveré a compar este jabón en crema? No. La sensación de hidratación que te deja tras usarlo (que tampoco es que sea una cosa fuera de serie) no compensa, desde mi punto de vista, sus inconventientes. Consideraría utilizarlo de nuevo si el precio fuese más razonable. Pero, como enseguida veremos, existen otras opciones mucho más baratas y que cumplen su cometido a la perfección. Ha estado bien probar el Turkish Delight de Lush; pero no repetiré con él.


Sultana, de LUSH.




El mismo día que compré el jabón en crema me llevé también una pastilla de unos 150 gramos de esta otra edición. El olor ya me enamoró en la tienda, así que no dudé en adquirirlo. Contiene albaricoques secos, pasas y está perfumado con moras, pero el resultado no es un batiburrillo aromático (como quizá cabría esperar). Huele "a limpio". Es un olor muy suave, muy relajante y muy, pero que muy agradable.

Es muy cremoso, da gusto utilizarlo porque hace mucha espuma. Eso sí, se gasta rápido; es lo malo que tiene.

Deja la piel muy limpia y muy suave. No reseca en absoluto, aunque tampoco soy la más indicada para decir esto, ya que uso siempre, siempre, leche corporal después de la ducha. Mi hermana, que no se aplica body milk, dice que siente la piel un poco tirante después de utilizar este jabón. En cualquier caso, la sensación es de un poco de "tirantez"; en ningún caso de sequedad.

No es barato, este es otro inconveniente: cuesta unos 4,95 euros la pastilla de 100 gramos. Pero es un jabón con el que repetiré en algún momento, seguro. 


Jabón de lavanda, de NESTI DANTE.


El mejor en cuanto a calidad-precio, sin duda. Trae 250 gramos y cuesta alrededor de 4 euros y medio.

Hace mucha espuma y cunde bastante. Es muy agradable, deja la piel limpia y suave, aunque recuerdo haber probado hace tiempo el de Ginestra de esta misma marca, y me gustó bastante más. Me dio la sensación de que era más hidratante; este de lavanda deja la piel un poquitín tirante (nada que la leche corporal no pueda arreglar después).

Además, personalmente, no me vuelve loca el olor a lavanda. Nunca me ha gustado demasiado. Pero el aroma no es muy fuerte, y no perdura al acabar la ducha.

Podríamos pasarnos la vida entera probando jabones de Nesti Dante, porque tienen una variedad infinita, o casi. Por lo que a mí respecta, desde luego que continuaré utilizándolos, intercalando una pastilla de esta marca de vez en cuando en mi rutina de aseo. Como he dicho, la relación calidad-precio es inmejorable, y el jabón en sí es muy buen producto. Repetiré, sin duda. Aunque no creo que con éste de lavanda precisamente.


De jazmín, de APIVITA.


Ma-ra-vi-llo-so. Me encanta. Esta pastilla con jazmín tiene un color blanco nacarado que no es del todo opaco. Es cremosísimo, muy fácil y agradable de extender, y le aporta a la piel limpieza, hidratación y suavidad. El aroma es muy discreto, lo justo para relajarte en la ducha y disfrutar sin que resulte empalagoso.

Apivita es una marca que me gusta bastante. No me tiene completamente enamorada pero, en general, me parece una casa de referencia en la que se puede confiar.

Este jabón lo compré durante mis vacaciones en Grecia, y me salió un poquito más barato de lo que está por aquí (en España). 

Podemos encontrar productos de esta marca, incluido este jabón, en muchas farmacias y parafarmacias, en la zona de parafarmacia del El Corte Inglés y, por lo que he visto en la red, parece que tienen una tienda física en Madrid, en la calle Conde de Xiquena, 6. Yo no he ido, no la conozco. En cualquier caso, podéis localizar Apivita fácilmente en cualquiera de los otros puntos de venta.

La pastilla de 125 gramos ronda los 5,50 euros. Aquí podéis ver más variedades de jabones de Apivita. 

¿Repetiré? Hombre, pues sí, porque ya os digo que me ha encantado este jabón. La pega es que, para la cantidad que trae... pues eso. Que se me hace un poquito caro. Y hay tantos otros jabones que probar por el mundo... Pero ahora hablando en serio, cuando quiera darme un pequeño capricho, volveré a utilizarlo. Este, o quizá pruebe otro de los que tienen.


Bouquet, de SABTA.

Jabón Bouquet

Esta foto es de la web de Sabta.
No le hice foto al jabón cuando lo compré :(



Y aquí llega mi FAVORITO. Con mayúsculas. ¿Puede un jabón revolucionar tu momento ducha diario? Oh, yeah. 

A las que no conozcáis El rincón de Sabta os recomiendo encarecidamente que le echéis un vistazo desde ya. Es una marca muy interesante, muy pura, con unos precios más que razonables y con una amplia gama de productos corporales y faciales. Yo he probado varias cosas suyas (y continuaré haciéndolo), y aunque no todo me ha encantado, en general le pongo una nota muy alta a esta casa de cosmética natural. Casi ninguno de los productos que he gastado me ha decepcionado, sino todo lo contrario: ha rebasado con creces mis expectativas.

Bueno, a lo que vamos. Sabta tiene un abanico bastante rico de jabones: artesanos y de glicerina. Éste pertenece a la última categoría. Nada más desenvolverlo te llega ese suavísimo aroma a flores blancas que es como una caricia; es cremoso a más no poder, y no sólo limpia la piel, además la mima intensamente, la deja completamente hidratada. Es el único jabón que me aventuraría a usar sólo, sin leche corporal después. A medida que vas duchándote con él, sientes cómo la piel está más y más enriquecida y flexible. En serio. Es una pasada.

Tiene un precio de 3 euros por 100 gramos aproximadamente. No es barato pero tampoco es un gasto excesivo, la verdad. Merece la pena. Repetiré seguro, junto con el resto de los jabones de Sabta, los cuales iré probando poco a poco. No pienso dejar ni uno sin usar.

Desde que empecé a utilizar pastillas de jabón natural no he vuelto a echar de menos el gel de baño. El jabón natural le ha ido a mi piel mucho mejor de largo. Así que seguramente habrá más entregas como ésta, de comparativa de jabones. ¡¡Me chiflan!! Os animo a probarlos, aunque sea sólo por experimentar las diferencias; siempre se puede volver al gel de ducha.

Muy importante: para conservarlos mejor, hay que dejar las pastillas de jabón natural en jaboneras con rejilla, para que pueda drenar el agua. De lo contrario, se nos quedarán babosos y medio deshechos, y se acabarán mucho antes.

Espero haber despertado un poco vuestra curiosidad para que os lancéis a probar estas pequeñas joyas en la ducha diaria.

¡¡Hasta la siguiente entrada!!

martes, 9 de septiembre de 2014

ACEITE PRODIGIOSO
de Nuxe.

Producto estrella de esta marca, el huile prodigieuse goza de una excelente reputación. Antes de lanzarme a probarlo, navegué un poco por internet, y absolutamente todas las opiniones que encontré hablaban maravillas sobre él, así que caí en la tentación. Compré el tamaño de 50 ml; viene en un frasco de cristal cuadrado y aplastado y sin vaporizador (el tamaño de 100 ml sí lo lleva). Tiene un pequeño agujero en la boca que hace que el producto salga en gotas según lo agitas, así que no hay posibilidad de verter más de la cuenta. Suele venderse en farmacias y parafarmacias, y el precio ronda los 19,90 euros el frasco de 50 ml (29,90 el de 100 ml). Me lo llevé de vacaciones a la playa con la intención de utilizarlo como hidratante para después de la ducha tanto en el cuerpo como en el cabello. Elegí la edición normal (hay otro llamado “OR” que contiene nácares de oro) y después de haber terminado el frasco, creo estar en condiciones para contaros mis impresiones sobre él.



Debo decir que, anteriormente, había probado varias muestras de este aceite gracias a una farmacéutica muy amable que me llenó de sobrecitos con distintos cosméticos de Nuxe. Este producto en concreto está pensado para extenderlo sobre la piel seca, lo que al principio puede provocar ciertas reticencias, ya que al ser un aceite, tienes la sensación de que te vas a quedar toda pringosa. Ya en las primeras aplicaciones con los sobrecitos de muestra, observé que el producto se absorbe inmediatamente, dejando la piel satinada y sin restos de grasa. Después de untarlo, una puede vestirse enseguida sin miedo a manchar la ropa; en este sentido, la primera impresión fue muy positiva. Sin embargo, hubo algo que no me gustó tanto, y fue el aroma que tiene. Aquí entramos en un terreno muy, pero que muy personal. Los olores son, probablemente, la sensación más subjetiva que hay. Por eso, respecto a los olores, lo único que podemos hacer es expresar nuestras preferencias siendo muy conscientes de que lo que a una le horroriza, a otra le encanta. Regalar un perfume, y acertar con la fragancia, ¿no os parece una tarea muy delicada??

En fin, a lo que íbamos. En mi caso, me molestan bastante los cosméticos perfumados. Si nos paramos a pensarlo, utilizamos bastantes cosas cada día (jabón, tónico, serum, crema de día, leche corporal, champú, acondicionador, desodorante...). Si cada una de esas cosas llevase su propia fragancia y ésta, además, perdurase en la piel o en el cabello, iríamos por la vida convertidas en una orquesta de olores que marearía a todo el que nos rodea. Personalmente me gusta utilizar perfume, así que prefiero que el resto de cosméticos que uso vengan lo menos aromatizados posible.

Toda esta parrafada que os acabo de soltar es para deciros que el aceite prodigioso de Nuxe viene muy perfumado. Mucho. Es un olor muy rico, eso desde luego, tiene notas dulces que a mí me recuerdan a las golosinas pero, insisto: si yo quisiera oler así, me compraría un perfume cuya fragancia fuese ésa. La sensación que a mí me daba es que el olor del aceite perduraba en la piel bastante tiempo, así que se me hacía cuesta arriba ponerme mi perfume después. Pese a este inconveniente decidí probar el producto durante más tiempo, para ver qué impresiones me producía.

Lo que Nuxe nos cuenta sobre este aceite prodigioso es lo siguiente:

  • Con un 98,1% de ingredientes de origen natural, este aceite seco es una asociación inédita de 30% de Aceites Vegetales Preciosos y de Vitamina E, para nutrir, reparar y suavizar en un solo gesto el rostro, el cuerpo y el cabello.
  • La piel del rostro y del cuerpo se suaviza y satina. El cabello luce flexible, suave y brillante.
  • Concentración de 6 Aceites Preciosos (Borraja, Hierba de San Juan, Almendra Dulce, Camelia, Avellana y Macadamia).

Puede usarse:

- como reforzador de la crema facial o la leche corporal, añadiendo a éstas unas gotas del aceite prodigioso;

- directamente sobre la piel seca del rostro y/o del cuerpo para hidratarla después de la ducha;

- en el cabello, como mascarilla prelavado (untar el aceite en el pelo, recogerlo con una toalla durante un mínimo de 10 minutos y luego lavar la melena).


Mi experiencia:

Yo utilizo siempre leche corporal, cuya consistencia es más densa que la de un aceite, así que pensé que iba a echar en falta esa sensación cremosa a la que estoy habituada. Por otro lado pensaba, a pesar de todo lo que había leído en blogs, que este aceite (mucho más aplicándolo sobre la piel seca) iba a tardar bastante rato en absorberse. Pues ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario. Después de extenderlo, la piel queda bastante hidratada; doy fe de ello ya que, como os he comentado, me lo llevé de vacaciones y lo estuve utilizando, digamos, como after sun tras pasar el día entero en la playa. No usé ningún otro producto para hidratar la piel tras la ducha en esos días de largas horas de exposición al sol, y el resultado fue muy satisfactorio. El aceite cumplió su función bastante bien. Además de dejar la piel hidratada y satinada, le aporta un brillo sutil que la ilumina, potenciando el tono del bronceado y haciéndolo más bonito. No penséis en un brillo exagerado como si llevásemos purpurina, lo que le da a la piel es una luz elegante que, de verdad, la deja preciosa. Esta es una cualidad que me lleva a aconsejar este aceite seco para utilizarlo en verano, y así poder lucir sus efectos en todo su esplendor. 

En cualquier caso, yo sugiero alternar el aceite de Nuxe con otro tipo de hidratante corporal porque él por sí solo se queda un poquíiiiito corto de hidratación. Especialmente en zonas como las piernas, cuya piel es algo más seca que la del resto del cuerpo.

Como mi intención principal era aplicar este producto en sustitución del after sun, lo utilicé en el cabello como mascarilla de prelavado solo en dos ocasiones, y los resultados fueron igualmente positivos. No es que se te ponga un pelazo de anuncio, pero tras el lavado (y sin aplicar acondicionador después) la melena se nota suave y suelta, lo cual es un gustazo en la playa, cuando hay que lavarse el pelo todos los días y lo sentimos tan seco por la acción del salitre, la arena, el sol, etc. También utilicé el aceite prodigioso, por mi propia cuenta y riesgo, como acondicionador sin aclarado y, bueno... en este sentido no salí muy contenta. La melena se me quedaba bastante apelmazada, eso sí, con un olor riquísimo. Pero esto no es un defecto imputable al producto; es que una, cuando se pone a hacer experimentos, a veces mete la pata :) .

En cuanto a aplicar el aceite en la cara... pues no me animé a hacerlo, así que no puedo hablar sobre los efectos que tiene. Yo tengo la piel mixta y enseguida me salen brillos en la zona T, así que preferí no arriesgarme (soy una cobarde, lo sé).

Utilizando el aceite en el cuerpo todos los días después de la ducha y, como he comentado, un par de veces como mascarilla prelavado y otras dos veces como acondicionador sin aclarado, el frasco de 50 ml me duró exactamente quince días.

¿Volveré a utilizarlo? Pues con toda seguridad, sí. En general me gusta lo bien que hidrata la piel y lo bonita que la deja, pero como he dicho antes, lo usaré en verano, que es cuando más centímetros de piel lucimos (y alternándolo con mi leche corporal). La pega de este aceite desde mi punto de vista es lo perfumado que viene, por eso es muy probable que no utilice dos frascos seguidos; el olor me empalaga un poco. Pero ésta es una percepción muy mía; hay chicas a las que les encanta, así que... para gustos, los colores.


Desde luego, merece la pena al menos probarlo y sacar una misma sus propias conclusiones. Puede gustar más o menos, pero estoy segura de que este aceite prodigioso de Nuxe no decepcionará a nadie. Es un excelente producto con el que hidratar e iluminar nuestra piel, y para quien además no sea una excéntrica de las fragancias, es el cosmético perfecto.

lunes, 8 de septiembre de 2014

GEL SERUM FACIAL Q10 PLUS
 de Nivea.

Llegué un buen día a una perfumería para comprar un serum; iba con la mente bastante abierta, dispuesta a dejarme aconsejar. Debo reconocer que ese día no estaba yo por la labor de gastar mucho dinero, así que la dependienta me recomendó este producto del que voy a hablaros hoy, que es bastante económico. Utilizándolo todos los días, únicamente por las mañanas, me ha durado tres meses. Ahora que lo he acabado, ya puedo contar mis impresiones sobre él.



Nivea promete que su serum tendrá sobre nuestra piel los siguientes efectos:

  • Efecto flash inmediato: alisa al instante la superficie de la piel.
  • Proporciona un tacto suave y sedoso, con efecto relleno.
  • Reduce de manera inmediata las arrugas.
  • Consigue una piel visiblemente más joven.

Además nos dice que el producto cuenta con tres ingredientes que consiguen un tratamiento global anti-envejecimiento: Q10, creatina y ácido hialurónico. De modo que así, a primera vista, parece uno de esos cosméticos que cumplen con las ansiadas tres “b”: “bueno, bonito y barato”.

El envase es muy cómodo, práctico e higiénico: una especie de pequeño cilindro achatado de plástico de 30 ml con un dosificador airless, como podéis apreciar en la foto más abajo. Cada día me gustan más este tipo de envases: el producto se conserva aislado, y el dosificador posibilita que utilicemos sólo lo que necesitamos, aprovechando todo el contenido.

El precio, dependiendo como siempre de dónde lo compremos, ronda los 10 euros.

Con una vez que pulsemos tenemos de sobra para aplicarlo en toda la cara. Tiene una textura muy cremosa, ligera y agradable, tipo gel sin llegar a serlo del todo. El olor es muy sutil, apenas se percibe, y si hay que definirlo de algún modo, yo diría que es de esos cosméticos que huelen “a limpio”.



En cuanto a MI EXPERIENCIA, ha sido la siguiente:

Cuando llevaba un par de días utilizándolo, empecé a curiosear un poco por la blogosfera, a ver qué se decía de este serum. En general, leí opiniones bastante positivas, pero curioseando curioseando di con esta entrada del blog de Cosmética en Acción... y me quedé bastante chafada. Y con la mosca detrás de la oreja. Aunque su serum es de la gama visage, después de mucho navegar por la red llegué a la conclusión de que, si no es el mismo producto, ambos son primos hermanos. En cualquier caso, y atendiendo al principio elemental de que no todas las pieles son iguales, y que a veces no todas respondemos de la misma forma ante el mismo cosmético, le di al Q10 la oportunidad que se merecía.

En efecto, todo lo que promete la marca, así de primeras, se cumple desde la primera aplicación. El serum se extiende muy bien, la piel lo absorbe inmediatamente y desde el primer momento notas ese efecto de “alisado”. El rostro queda hidratado, sin brillos, terso y muy luminoso, perfectamente preparado para poner después la crema facial que estemos utilizando.

Durante los primeros días estuve muy, pero que muy contenta con él; realmente veía los efectos positivos en mi piel. Pero después de una semana aproximadamente... ¡ay! Dolor. Tal y como había leído en el blog que antes os he mencionado, empezaron a salirme granitos por la zona de la barbilla y el mentón. Cuando detecté esto, dejé de aplicarme el serum durante diez días. Y, efectivamente, los granitos desaparecieron tal y como habían llegado.

Lógicamente no iba a desechar lo que a priori parecía un magnífico cosmético por lo que podía ser una casualidad. Así que, en cuanto desaparecieron los granitos, comencé a usar este serum de nuevo. Durante unos días todo fue estupendo y disfruté de los efectos que proporciona... hasta que, tras una semana de uso aproximadamente, aparecieron los granitos en la misma zona: mentón y barbilla. Por segunda vez interrumpí la aplicación durante otros diez días, tras los cuales los odiosos granitos volvieron a irse. Así que, muy a mi pesar (porque el serum me estaba gustando mucho y el precio es inmejorable), empecé a sospechar que el producto no le iba tan bien a mi piel como en un principio parecía. No obstante, como soy bastante cabezota, y por otro lado, me cuesta mucho tirar a la basura productos que están casi enteros, le di una tercera oportunidad. Y tras los días de descanso, comencé a usarlo otra vez.

En esta tercera ocasión, y hasta finalizar el bote entero, puedo decir que no tuve ningún problema más. No volvieron a aparecer los granitos (ni en la barbilla ni en ninguna otra zona) y tampoco detecté otras anomalías. ¿Sugestión al haber leído una opinión negativa? Pues... no lo sé. Quizás. He utilizado el serum durante tres meses y, salvo las incidencias del principio, la sensación en la piel y la experiencia con él han sido realmente positivas. La cara se veía iluminada, con vida, lisa y uniforme.

Sin embargo... ¿repetiría con él? Pues seguramente no. ¿Y por qué no? Pues porque (y esto entra dentro del terreno personal de cada cual) soy bastante maniática con el tema de las composiciones. Confieso que esta fijación que tengo con los ingredientes lo más naturales y sencillos posible ha ido in crecendo en los últimos meses. El día que compré el gel serum Q10 de Nivea ni me fijé en la composición; por eso lo compré. Pero cuando vi que contiene más de una silicona, me llevé un chasco. 

Las siliconas se detectan observando la lista de ingredientes: son aquellos que terminan en -xane, -cone o -conol. También hay otro tipo, identificadas con las letras PEG delante de un número normalmente de tres cifras. Estas últimas son siliconas solubles y en teoría no dejan residuos en la piel; las otras no son solubles.

Desde mi punto de vista el hecho de que un cosmético, el que sea, lleve siliconas es “hacer trampa”. La sensación de piel lisa al instante no es porque el producto en cuestión esté nutriendo y tratando la dermis en profundidad, sino porque el efecto de las siliconas es justo ese. Para entendernos, es como si nos pusiéramos sobre la cara una fina capa de seda; no es que nuestra piel esté tersa de verdad, es que nos hemos puesto una delgadísima película protectora que da sensación de alisado, pero cuando nos quitemos esa capa artificial de seda, nuestra piel estará exactamente igual que antes de aplicar el cosmético. No tiene por qué estar peor, pero desde luego tampoco habrá mejorado. Es como si para quitarte unas manchas cutáneas en las mejillas te venden maquillaje. Mientras lleves puesto el maquillaje, las manchas no se verán; pero eso no implica que el maquillaje esté tratando tus manchas. Solo las disimula. Y cuando te quites el maquillaje, las manchas seguirán estando en el mismo sitio.

Sé que hay quien pensará que soy muy radical con esto de las siliconas, ya que este componente, supuestamente, también tiene sus efectos positivos: por ejemplo, actúa como protección ante agresiones externas al dejar sobre la piel una fina película que la cubre. Pero la otra cara de la moneda (sospecho) es que las siliconas no permiten a la piel respirar perfectamente y además acaban dejando residuos tras años y años de aplicación. Personalmente me estoy esforzando en sustituir los cosméticos tradicionales con siliconas, parabenos y demás que venía usando, por otros con unas composiciones más simples y sobre todo más naturales. Y desgracidamente, este serum de Nivea no cumple con esos parámetros. Es mi elección, una elección como cualquier otra. Qué le vamos a hacer; maniática que es una.

Con esta entrada no pretendo sentar cátedra de absolutamente nada. Sólo estoy dando mi opinión y contando lo que a mi piel le va mejor. No quiero que nadie entienda que desde aquí quiero demonizar las siliconas y hacer un llamamiento masivo para que nadie las utilice. En principio, no son dañinas para la salud, no hay estudios fidedignos que afirmen categóricamente tal cosa. No obstante, yo prefiero otro tipo de sustancias que sí nutran la piel de verdad, en detrimento de ese “efecto flash” tan tentador pero artificial y efímero al fin y al cabo. Y, habiendo otras opciones, he llegado a la conclusión de que las siliconas no me aportan lo que yo realmente busco, así que prefiero suprimirlas. Sin embargo, hay chicas a las que les va bien con las siliconas y que no se plantean desecharlas de su rutina de belleza. Y esta opción también es perfecta, ¡faltaría más!

En mi caso, desde que estoy incorporando cosméticos más ecológicos a mi rutina, mi piel está experimentando un considerable cambio a mejor (mi cabello también, pero ese es un tema para otra entrada). Así que yo personalmente, no puedo aconsejar otra cosa. Pero insisto, nadie puede pretender convertirse en gurú, y lo que a una le va mal, a otra puede irle de maravilla.

No creo que yo vuelva a utilizar este serum porque, como os acabo de exponer, no termina de convencerme su composición. Pero, para las que no estéis tan en contra de las siliconas, debo deciros que es un buen producto que cumple lo que promete, y a un precio más que razonable.

Hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os sirva de ayuda, como una opinión más, para decidir si animaros a probarlo o no.

¡¡Hasta pronto!!

miércoles, 13 de agosto de 2014

ADMIRACOSMETICS.
Mi primera compra.

Admiracosmetics es una web que se dedica a vender on line productos de cosmética natural. Tienen muchísimas marcas muy interesantes, algunas españolas y otras de distintos países:  Alepp, Cattier, Jasön, John Masters Organics, Matarrania, Natura Siberica, Sante, Amapola Biocosmetics, Weleda...  A las muy amantes de la cosmética natural, todas estas marcas os resultarán familiares; a las que no las conozcáis, os animo a ir probando sus productos. Aquí podéis echarle un vistazo a la web.

El mes pasado (julio) me decidí a hacer mi primer pedido. Aún no he tenido tiempo de probar los artículos que adquirí, ni de formarme una opinión acerca de ellos, así que este post es exclusivamente para hablaros de mi primera toma de contacto con esta empresa, Admiracosmetics.


En general la experiencia ha sido buena, aunque hay un par de puntos no tan positivos que me gustaría reseñar. Quiero hacer hincapié en que esta ha sido mi primera compra y, por tanto, explicaré mi primera impresión. Tengo claro que voy a seguir comprando a esta web, así que en los próximos meses podré comprobar si el "par de puntos no tan positivos" son la excepción y no la norma; espero que así sea.

Cuando me puse a leer las opiniones de los clientes vi que, a grandes rasgos, Admiracosmetics es una empresa muy bien valorada. Sin embargo, me echó un poco para atrás el hecho de que mucha gente, mucha, se quejaba de los plazos de entrega. Estaba a punto de irme de vacaciones y mi idea era llevarme conmigo los productos que iba a adquirir, así que dudé. Pero al final, decidí seguir adelante con el pedido. En efecto, el paquete tardó más de diez días en llegar, con lo que he tenido que abrirlo a la vuelta de las vacaciones. Concretamente hice (y pagué) la compra el día 21 de julio, pero el pedido no llegó a casa hasta el 1 de agosto.

Este es uno de esos puntos negativos que os comentaba. 

El otro, es la atención que recibí. 
Escribí dos e-mails reclamando el pedido a la semana de haberlo hecho. Al primero directamente ni respondieron. Al segundo me dijeron que mi paquete había salido ¡¡cinco!! días después haber realizado la compra, y que estaría al llegar; que en caso de no recibirlo en un par de días o tres, les avisara. Escribí un tercer correo en el que les expresé mi malestar, diciéndoles que un retraso tan grande en una entrega dentro de la península no tenía justificación alguna. A este último correo nunca respondieron. Ni una sola explicación, ni unas disculpas, ni nada de nada. 

Este es el otro punto negativo.

Por lo demás, estoy francamente satisfecha con la web. Está muy bien estructurada, el proceso de ver el catálogo y hacer el pedido es muy sencillo, todo es muy visual e intuitivo. No nos vamos a perder como sucede con otras webs en las que todo está desorganizado (que las hay).

Como he comentado al principio, Admiracosmetics cuenta con muchísimas marcas muy interesantes de cosmética natural, así que podemos probar distintos productos de distintas casas aprovechando los gastos de envío en una sola vez.

Los productos venían muy bien embalados y, como habéis podido ver en la foto de cabecera de este post, los huecos vacíos de la caja venían rellenos con bolas de poliestireno, asegurando la compacidad del paquete y evitando que los productos "bailasen" o se golpeasen unos con otros. Los materiales de embalaje son reutilizados; la empresa te cuenta que "puede que el aspecto de tu embalaje no sea el más bonito, pero de esta forma conseguimos ahorrar al medioambiente más de 4500 kg de papel y cartón al año". Me gusta que, siendo una web especializada en cosmética natural, sean coherentes en todos los aspectos.

Además, incluyeron un regalo en el pedido: una mascarilla facial de arcilla verde de Cattier tamaño original (100 ml); y una muestra de aceite anticelulítico de Matarrania. Esto me pareció un detallazo, la verdad. También obtienes puntos Admira con cada compra y te asignan un código descuento para las siguientes.

Así que, si consiguen solucionar el problema de los plazos de entrega y afinan un poquito más en el trato con el cliente, Admiracosmetics será una web de cosmética natural on line perfecta en todos los sentidos. En general, recomiendo comprar en ella; yo, desde luego, volveré a hacerlo.

Y bueno, ya que estamos, os muestro los productos que adquirí, que he empezado ya a probar, y de los que habrá reseña cuando los acabe, algunos de ellos en un par de meses, calculo.



De izquierda a derecha:

- Jabón facial y corporal de Alepo con un 25% de aceite de laurel y un 75% de aceite de oliva; 190 gr; precio: 6,24 euros; marca: Alepp.

- Loción corporal con aceite de espino amarillo; 150 ml; precio: 11,50 euros; marca: Alva Naturkosmetik.

- Mascarilla facial de arcilla verde de Cattier y sobrecito de muestra del aceite anticelulítico de Matarrania. Los dos regalos.

- Dúo anticelulítico de aceite de abedul; 100 ml cada frasco; precio: 38,33 euros; marca: Weleda.

- Fluido armonizante de almendra, para usarlo como hidratante facial; 30 ml; precio: 16,36 euros; marca: Weleda.

Los gastos de envío ascendieron a 5,99 euros.

De modo que, como nota final, yo personalmente le daría a Admiracosmetics un 8 sobre 10. Es una nota alta que merece seguir confiando en esta web.

¡¡Hasta la próxima entrada!! 

martes, 8 de julio de 2014

CREMA ANTICELULÍTICA 
de Somatoline Cosmetics.

Todas tenemos en mente la campaña publicitaria de este producto, ¿verdad? Sí, sí, esa modelo a la que se le ha puesto un culo perfecto mientras dormía gracias a este milagroso anticelulítico. Así que ves el anuncio y piensas: "vaya chollo". Y a por él que te vas a la farmacia. Sí. Exacto. Eso fue lo que yo hice. Y después de probarlo, aquí vengo con mis conclusiones al respecto. ¡¡Empecemos!!


Lo primero: ver qué es lo que el fabricante promete. Y dice así (os copio una versión reducida):

"(...) Un tratamiento reductor de última generación que, en tan sólo 10 noches, reduce la grasa localizada y embellece, suaviza y alisa la piel. (...) Gracias a su aplicación mediante masaje, realiza una tripe acción:
* Favorece la reducción de grasa localizada.
* Estimula la gimnasia vasomotora.
* Favorece el drenaje del exceso de líquidos.
Si se prolonga el tratamiento de choque durante 10 noches más, se potencia la eficacia reductora.
Consejos de utilización: aplicar todos los días durante 10 noches."

Su precio, como en todo, varía mucho dependiendo de dónde se compre. Yo la adquirí en una parafarmacia corriente y moliente y me costó alrededor de 50 euros.

Viene en un bote de plástico blanco, con la tapa en color verde, y trae 450 ml. Viendo la cantidad y los efectos que en teoría tendrá sobre nuestras piernas, en principio, la inversión parece merecer la pena, ¿no?

Huele... no sé. Como a medicina. Algo de mentol, quizá... No es un olor desagradable, en todo caso.

La textura es muy curiosa. Se parece mucho a arcilla verde muy humedecida (aunque en la foto no se aprecia bien).


Por último, los componentes:

AQUA, MARIS SAL, CAPRYLIC/CAPRIC TRIGLYCERIDE, CETEARYL ALCOHOL, DIMETHICONE, GLYCERIN, BUTYROSPERMUM PARKII BUTTER, KAOLIN, XANTHAN GUM, ETHOXYDIGLYCOL, CAFFEINE, C12-20 ACID PEG-8 ESTER, PEG-20 STEARATE, PARFUM, SCHINUS TEREBINTHIFOLIUS SEED EXTRACT, GELIDIUM SESQUIPEDALE EXTRACT, PELVETIA CANALICULATA EXTRACT, LAMINARIA DIGITATA EXTRACT, LECITHIN, ESCIN, ETHYL NICOTINATE, PHENOXYETHANOL, SODIUM BENZOATE, IMIDAZOLIDINYL UREA, CI 19140, CI 42090, CI 15985, BENZOPHENONE-4.

Y ahora... 
Mi experiencia:

Debo confesar que la primera vez que me apliqué el tratamiento, no lo hice tal y como el fabricante indica. Me limité a ponerme la crema en muslos y glúteos igual que si se tratase de la leche corporal de después de la ducha, y a correr. Ni masaje ni ná de ná. Eso sí: lo hice durante 20 noches seguidas; por aquello de "potenciar la eficacia reductora" (el fabricante dixit). Y, durante todos esos días, me abstuve por completo de mirar mi trasera en el espejo.

Cuando, tras casi un mes, me dispuse a disfrutar de los efectos que esta maravillosa crema anticelulítica había obrado en mí... pues me quedé igual que estaba. Es decir, no noté absolutamente ningún cambio. Llegados a este punto, creo que debo describir un poco el estado de mis muslos y glúteos.

No tengo una celulitis arraigada ni profunda. Ni siquiera tengo la zona "acolchada". Tengo un poco de flacidez y, sobre todo, piel de naranja. Es decir, que más que una cuestión de volumen, lo mío es una cuestión de aspecto. En este sentido, debo decir que en la caja del producto, el fabricante nos avisa de que "la reducción consiste en una acción cosmética de modelado durante el uso que no implica pérdida de peso". Es importante tenerlo en cuenta. En principio, esta crema era perfecta para mí. Lo que yo perseguía era, tal y como el fabricante promete, que el producto embelleciera, suavizara y alisara la piel. Pues bien; como os decía, después de 20 noches seguidas de aplicación, no noté absolutamente ningún cambio.

Empecé a leer reviews sobre este anticelulítico, y saqué la conclusión de que aplicarlo con unos minutos de masaje era clave a la hora de notar su eficacia. Y siendo honesta conmigo misma, reconocí que no me había molestado en masajear la zona con la crema... pero ni un minuto, vamos. Así que, tras dos semanas de terminar el primer "tratamiento de choque", me puse manos a la obra de nuevo, esta vez concentrándome en el masaje.

En esta segunda ocasión, lo hice de la siguiente manera: con un aparato de masaje de madera, previamente a aplicarme la crema, me daba un masaje de unos minutos sobre la piel seca (para activar la zona, según había leído en numerosos posts); después, me aplicaba el anticelulítico y masajeaba la zona de nuevo hasta la total absorción del producto. Como podéis ver, en esta segunda tanda fui concienzuda de verdad.

Fue muy curioso observar cómo en realidad, el producto nunca llega a absorberse del todo, o al menos no la totalidad de lo que te pones. Se quedan restos en la piel, como cuando te pelas después del verano.

La cuestión es que, esta vez, tampoco miré mi trasera en el espejo durante los 10 días que duró el tratamiento. Debo reconocer que, a partir de la cuarta noche, al tacto, notaba la piel más suave... Y eso me hizo albergar muchas esperanzas en este anticelulítico. Después de los 10 días que el fabricante proclama como suficientes (en realidad fueron 11), me puse de espaldas al espejo esperando contemplar el milagro y... nada. Igual que estaba. De verdad: exactamente igual. Mi piel tenía el mismo aspecto que diez días antes: mi piel de naranja, mi querida piel de naranja seguía allí. Viendo su resistencia a dejarme, al final voy a acabar cogiéndole cariño.

En varias reviews en otros blogs de belleza, he leído que algunas chicas notaron una reducción de 1 o 2 cm en los muslos. Yo no puedo afirmar tal cosa ni tampoco lo contrario, porque no me tomé medidas al inicio del tratamiento. No lo hice porque, como os he comentado, no era lo que más me interesaba. Lo que me importaba de verdad, la razón por la que compré este producto, fue la promesa de mejorar el aspecto de la piel de la zona, suavizarla y alisarla. Y de eso, amigas... nada de nada. Entiendo que la primera vez me apliqué el tratamiento de forma insuficiente. Pero la segunda vez me esmeré hasta el extremo. Pues chicas... ni flores. En serio. Nada. Ni la más leve mejoría.

Me gustaría puntualizar que, en general, llevo una vida bastante ordenada: como muy sano (de todo, pero muy sano), bebo un mínimo de litro y medio de agua al día y hago ejercicio regularmente. Vamos, que no soy de las que hacen vida sedentaria, comen todo lo que les apetece y luego esperan milagros de los cosméticos. Vaaaaaaaale. No he desterrado por completo las grasas de mi dieta ni me pego tres horas diarias en el gimnasio, pero... si mi rutina fuese esa, no necesitaría una crema anticelulítica, ¿verdad? ;)

Lo cierto es que no sé por qué sigo picando. Mi experiencia personal con estos productos (los anticelulíticos) es muy decepcionante. He probado docenas a lo largo de mi vida, no solo cremas, también tratamientos de todo tipo. Y nunca, NUNCA, he notado ni la más leve mejoría en el aspecto de mi piel (de naranja. Jo). Pero... ¿sabéis lo peor de todo? Que no pierdo la esperanza; ya le tengo el ojo echado a otro anticelulítico. Este, con unas críticas excelentes en la globosfera. Empezaré a usarlo después del verano... y espero poder contaros algo allá por el mes de octubre. ¿Me funcionará...?

En cuanto a la crema anticelulítica de Somatoline Cosmetics no volveré a comprarla. Y no puedo recomendarla porque a mí no me ha proporcionado lo que promete, aunque ya sabemos que ni todos los organismos ni todas las pieles son iguales. Sí que he leído por ahí en otros blogs que hay chicas a las que les ha funcionado. Así que es cuestión de probar. Aunque el precio... ¡ay!, no invita demasiado.

Seguiré probando cremas, comprobando su efectividad y registrando mis impresiones al respecto. Quién sabe... igual un día de estos doy con la panacea anticelulítica.