CREMA ANTICELULÍTICA
de Somatoline Cosmetics.
Todas tenemos en mente la campaña publicitaria de este producto, ¿verdad? Sí, sí, esa modelo a la que se le ha puesto un culo perfecto mientras dormía gracias a este milagroso anticelulítico. Así que ves el anuncio y piensas: "vaya chollo". Y a por él que te vas a la farmacia. Sí. Exacto. Eso fue lo que yo hice. Y después de probarlo, aquí vengo con mis conclusiones al respecto. ¡¡Empecemos!!
Lo primero: ver qué es lo que el fabricante promete. Y dice así (os copio una versión reducida):
"(...) Un tratamiento reductor de última generación que, en tan sólo 10 noches, reduce la grasa localizada y embellece, suaviza y alisa la piel. (...) Gracias a su aplicación mediante masaje, realiza una tripe acción:
* Favorece la reducción de grasa localizada.
* Estimula la gimnasia vasomotora.
* Favorece el drenaje del exceso de líquidos.
Si se prolonga el tratamiento de choque durante 10 noches más, se potencia la eficacia reductora.
Consejos de utilización: aplicar todos los días durante 10 noches."
Su precio, como en todo, varía mucho dependiendo de dónde se compre. Yo la adquirí en una parafarmacia corriente y moliente y me costó alrededor de 50 euros.
Viene en un bote de plástico blanco, con la tapa en color verde, y trae 450 ml. Viendo la cantidad y los efectos que en teoría tendrá sobre nuestras piernas, en principio, la inversión parece merecer la pena, ¿no?
Huele... no sé. Como a medicina. Algo de mentol, quizá... No es un olor desagradable, en todo caso.
La textura es muy curiosa. Se parece mucho a arcilla verde muy humedecida (aunque en la foto no se aprecia bien).
Por último, los componentes:
AQUA, MARIS SAL, CAPRYLIC/CAPRIC TRIGLYCERIDE, CETEARYL ALCOHOL, DIMETHICONE, GLYCERIN, BUTYROSPERMUM PARKII BUTTER, KAOLIN, XANTHAN GUM, ETHOXYDIGLYCOL, CAFFEINE, C12-20 ACID PEG-8 ESTER, PEG-20 STEARATE, PARFUM, SCHINUS TEREBINTHIFOLIUS SEED EXTRACT, GELIDIUM SESQUIPEDALE EXTRACT, PELVETIA CANALICULATA EXTRACT, LAMINARIA DIGITATA EXTRACT, LECITHIN, ESCIN, ETHYL NICOTINATE, PHENOXYETHANOL, SODIUM BENZOATE, IMIDAZOLIDINYL UREA, CI 19140, CI 42090, CI 15985, BENZOPHENONE-4.
Y ahora...
Mi experiencia:
Debo confesar que la primera vez que me apliqué el tratamiento, no lo hice tal y como el fabricante indica. Me limité a ponerme la crema en muslos y glúteos igual que si se tratase de la leche corporal de después de la ducha, y a correr. Ni masaje ni ná de ná. Eso sí: lo hice durante 20 noches seguidas; por aquello de "potenciar la eficacia reductora" (el fabricante dixit). Y, durante todos esos días, me abstuve por completo de mirar mi trasera en el espejo.
Cuando, tras casi un mes, me dispuse a disfrutar de los efectos que esta maravillosa crema anticelulítica había obrado en mí... pues me quedé igual que estaba. Es decir, no noté absolutamente ningún cambio. Llegados a este punto, creo que debo describir un poco el estado de mis muslos y glúteos.
No tengo una celulitis arraigada ni profunda. Ni siquiera tengo la zona "acolchada". Tengo un poco de flacidez y, sobre todo, piel de naranja. Es decir, que más que una cuestión de volumen, lo mío es una cuestión de aspecto. En este sentido, debo decir que en la caja del producto, el fabricante nos avisa de que "la reducción consiste en una acción cosmética de modelado durante el uso que no implica pérdida de peso". Es importante tenerlo en cuenta. En principio, esta crema era perfecta para mí. Lo que yo perseguía era, tal y como el fabricante promete, que el producto embelleciera, suavizara y alisara la piel. Pues bien; como os decía, después de 20 noches seguidas de aplicación, no noté absolutamente ningún cambio.
Empecé a leer reviews sobre este anticelulítico, y saqué la conclusión de que aplicarlo con unos minutos de masaje era clave a la hora de notar su eficacia. Y siendo honesta conmigo misma, reconocí que no me había molestado en masajear la zona con la crema... pero ni un minuto, vamos. Así que, tras dos semanas de terminar el primer "tratamiento de choque", me puse manos a la obra de nuevo, esta vez concentrándome en el masaje.
En esta segunda ocasión, lo hice de la siguiente manera: con un aparato de masaje de madera, previamente a aplicarme la crema, me daba un masaje de unos minutos sobre la piel seca (para activar la zona, según había leído en numerosos posts); después, me aplicaba el anticelulítico y masajeaba la zona de nuevo hasta la total absorción del producto. Como podéis ver, en esta segunda tanda fui concienzuda de verdad.
Fue muy curioso observar cómo en realidad, el producto nunca llega a absorberse del todo, o al menos no la totalidad de lo que te pones. Se quedan restos en la piel, como cuando te pelas después del verano.
La cuestión es que, esta vez, tampoco miré mi trasera en el espejo durante los 10 días que duró el tratamiento. Debo reconocer que, a partir de la cuarta noche, al tacto, notaba la piel más suave... Y eso me hizo albergar muchas esperanzas en este anticelulítico. Después de los 10 días que el fabricante proclama como suficientes (en realidad fueron 11), me puse de espaldas al espejo esperando contemplar el milagro y... nada. Igual que estaba. De verdad: exactamente igual. Mi piel tenía el mismo aspecto que diez días antes: mi piel de naranja, mi querida piel de naranja seguía allí. Viendo su resistencia a dejarme, al final voy a acabar cogiéndole cariño.
En varias reviews en otros blogs de belleza, he leído que algunas chicas notaron una reducción de 1 o 2 cm en los muslos. Yo no puedo afirmar tal cosa ni tampoco lo contrario, porque no me tomé medidas al inicio del tratamiento. No lo hice porque, como os he comentado, no era lo que más me interesaba. Lo que me importaba de verdad, la razón por la que compré este producto, fue la promesa de mejorar el aspecto de la piel de la zona, suavizarla y alisarla. Y de eso, amigas... nada de nada. Entiendo que la primera vez me apliqué el tratamiento de forma insuficiente. Pero la segunda vez me esmeré hasta el extremo. Pues chicas... ni flores. En serio. Nada. Ni la más leve mejoría.
Me gustaría puntualizar que, en general, llevo una vida bastante ordenada: como muy sano (de todo, pero muy sano), bebo un mínimo de litro y medio de agua al día y hago ejercicio regularmente. Vamos, que no soy de las que hacen vida sedentaria, comen todo lo que les apetece y luego esperan milagros de los cosméticos. Vaaaaaaaale. No he desterrado por completo las grasas de mi dieta ni me pego tres horas diarias en el gimnasio, pero... si mi rutina fuese esa, no necesitaría una crema anticelulítica, ¿verdad? ;)
Lo cierto es que no sé por qué sigo picando. Mi experiencia personal con estos productos (los anticelulíticos) es muy decepcionante. He probado docenas a lo largo de mi vida, no solo cremas, también tratamientos de todo tipo. Y nunca, NUNCA, he notado ni la más leve mejoría en el aspecto de mi piel (de naranja. Jo). Pero... ¿sabéis lo peor de todo? Que no pierdo la esperanza; ya le tengo el ojo echado a otro anticelulítico. Este, con unas críticas excelentes en la globosfera. Empezaré a usarlo después del verano... y espero poder contaros algo allá por el mes de octubre. ¿Me funcionará...?
En cuanto a la crema anticelulítica de Somatoline Cosmetics no volveré a comprarla. Y no puedo recomendarla porque a mí no me ha proporcionado lo que promete, aunque ya sabemos que ni todos los organismos ni todas las pieles son iguales. Sí que he leído por ahí en otros blogs que hay chicas a las que les ha funcionado. Así que es cuestión de probar. Aunque el precio... ¡ay!, no invita demasiado.
Seguiré probando cremas, comprobando su efectividad y registrando mis impresiones al respecto. Quién sabe... igual un día de estos doy con la panacea anticelulítica.
Seguiré probando cremas, comprobando su efectividad y registrando mis impresiones al respecto. Quién sabe... igual un día de estos doy con la panacea anticelulítica.